Queridos hermanos y hermanas: octubre es el mes misionero por excelencia. El Papa Benedicto XVI, en su mensaje por el DOMUND 2012, nos recuerda que la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones tiene un significado muy especial, porque este año se realiza la celebración del 50 aniversario del Decreto Conciliar “Ad Gentes”, la apertura del Año de la Fe y del Sínodo de los Obispos sobre el tema de la Nueva Evangelización. Estos eventos nos impulsaran a comprometernos más en la tarea de la evangelización, para que la Buena Noticia de Cristo llegue a todos los confines de la tierra.
Como cristianos-católicos seguimos el ejemplo y la enseñanza de las primeras comunidades cristianas, para hacernos más responsables de la evangelización, siguiendo el mandato de Cristo, a ejemplo y enseñanza de San Pablo, y de San Daniel Comboni. Por lo tanto; no podemos ahorrar tiempo, medios ni fuerzas. Ciertamente la tarea no es fácil porque vivimos en un tiempo y en una realidad social muy compleja, que requiere de nosotros un compromiso personal, familiar y de todos los miembros de nuestra comunidad parroquial.
Igualmente, tenemos en este mes, la oportunidad de acompañar al Señor de los Milagros. Las celebraciones y procesiones que tendremos nos ayudarán a seguir reforzando nuestra identidad católica y misionera, porque el Cristo Moreno no se queda en su santuario ni en su pedestal, sino que viene a visitarnos, a bendecirnos y a ofrecernos su gran amor y su misericordia.
Dios nos ha llamado a la vida y nos envía a todos con una misión determinada. Descubrir y fortalecer esta misión, desde pequeños, es una tarea importante para el futuro desarrollo de nuestra personalidad, de nuestra comunidad y de nuestra sociedad peruana.
Que seamos fieles a nuestra vocación misionera ofreciendo a los demás nuestra fe y nuestro servicio, que para eso no tiene que ser grandioso. Es suficiente que sea importante para nosotros y buena para los demás. Todos estamos llamados a colaborar en la construcción de una Iglesia y una sociedad más unida, justa, fraterna, solidaria y misionera; esa ya es una misión digna e importante para todos.
Sus servidores y amigos en el corazón de Jesús, El Buen Pastor.
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