Como cristianos nos alegramos del progreso que vive el Perú en los últimos años, pero no nos conformamos con que sea sólo económico. Así dice el Papa Francisco: “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales. Hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano o un niño y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. Tras esta actitud se esconde el rechazo de la ética y el rechazo de Dios. El dinero debe servir y no reinar. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano. La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo”. ¡FELICES FIESTAS PATRIAS!
PP. José, Florián, Serafim y Conrado
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