Nadie se lo mandaba; no era su obligación. Ella misma veía las necesidades materiales y espirituales y tomaba la iniciativa haciendo lo mucho o poco que buenamente podía. Los niños, los enfermos, los pobres, los indios y los esclavos negros veían en ella ese ángel que Dios les enviaba para remediar sus males y su ignorancia cristiana. Ponía todos sus recursos y sus cualidades humanas y cristianas a disposición de ellos. Dedicaba su tiempo, sus propias manos y los ambientes de la casa familiar para auxiliarles, curarles, y para salir a catequizarlos.
Sta. Rosa nunca cayó en la indiferencia contra la que tanto nos advierte el Papa Francisco. “El peor mal es la indiferencia” nos advertía siempre la beata Madre Teresa de Calcuta. Muchos males y mucho sufrimiento de gran parte de la humanidad sucede y nunca se superan porque el resto somos indiferentes y no los tomamos como nuestro. Hay una falta grande de solidaridad, una falta de sensibilidad, una falta de responsabilidad frente a la vida de los demás que nos lleva a la “cultura del descarte” como expresa el Papa Francisco. La sociedad de hoy “descarta” y bota al tacho como al plato descartable ya usado, a aquellas personas que no son productivas en términos laborales o económicos; se les considera inservibles y estorbos, y si no se los bota, al menos, se les margina y tolera pasivamente. El Papa Francisco ha advertido seriamente contra el peligro de descuidar a los niños, de marginar a los enfermos, de abandonar a los ancianos en casa o en los asilos. Hoy exigimos a las instituciones públicas que cumplan con las tareas asistenciales, y está bien que se lo exijamos. Pero nunca puede faltar en el cristiano el sentido de la compasión y la sensibilidad por los que sufren; nunca puede faltar la propia iniciativa y la colaboración en aquello que está a nuestro alcance. El buen samaritano no esperó a que llegara la ambulancia o la policía para ayudar al hombre malherido, y Sta. Rosa tampoco. La ayuda fraterna, la PASTORAL SOCIAL y la PASTORAL DE SALUD son los cauces de la Caridad Comunitaria de nuestra parroquia. Hermanos/as actúen personal y comunitariamente ante cualquier hermano necesitado. Que el Señor les bendiga.
PP. José, Serafim, Tafesse y Conrado
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